Descripción
La presión que se ejerce por tener un cuerpo perfecto en la sociedad, hace que asuma más estrés del que se necesita para intentar conseguir los supuestos estándares de belleza.
Sabemos que unos niveles elevados de estrés hacen que se libere cortisol en el organismo, lo que influye negativamente en el normal proceso metabólico del cuerpo.
Además del estrés, y otros factores que hacen que la persona utilice la comida por las razones erróneas, existen factores culturales heredados que influyen en la forma en que las personas se alimentan.
Son muchas las personas que reconocen que la influencia del pasado, ya sea por la forma en que se les ha educado, o por momentos difíciles o traumáticos del pasado, han hecho que se hayan creado un programa erróneo sobre la alimentación y los hábitos de vida saludables.
Por ejemplo, son muchos los que han oído desde pequeños, tanto por familiares como amigos y educadores, frases del tipo “tienes que comerte todo lo que hay en el plato” “si eres bueno te compro unas chuches” “tienes que comer mucho para estar sano y crecer fuerte”…
Además, durante la infancia, también se pueden haber producido hechos con los amigos o compañeros del colegio que les llevó a tener un determinado apodo relacionado con el sobrepeso.
Todo esto, hace que muchas personas hayan crecido con una reprogramación mental errónea, y es necesario tomar los siguientes pasos:
- Entender cuál es la programación errónea creada y las creencias limitantes sobre la comida que se tienen.
- Agradecer por lo positivo y perdonar cualquier situación o persona/s que hayan causado esa programación errónea, directa o indirectamente
- Comprometerse a dejar atrás los viejos hábitos y adquirir unos hábitos nuevos más alineados con el momento presente y con los deseos de la persona.
Una vez que la persona sigue este procedimiento, se encuentra en disposición de empezar de nuevo y dejar atrás las limitaciones. Crear un camino claro sobre las nuevas actividades a realizar y nuevos hábitos de vida más saludables, teniendo en cuenta que el ideal de belleza, es aquél con el que nos encontramos cómodos, independientemente de lo que se intenta crear por los medios de comunicación.